A fines de marzo de 1922 el P. Félix
llamo a algunos de sus religiosos a Tlalpan para que practicaran sus
Ejercicios Espirituales. Alfonso fue a México y allí,
el 7 de abril de 1922, renovó sus votos por 2a. vez. Después
regreso a Morelia.
El R Félix deseaba solidificar la Congregación y para
ello quería que algunos de sus Religiosos hicieran ya la Profesión
Perpetua, por lo que el 4 de febrero de 1923 Alfonso dirigió
su petición al Superior General en el sentido expresado. Pero
como el P Félix no había tramitado dicha Profesión
Perpetua, el 7 de abril de 1923 el Hno. Alfonso renovó «por
3 años» sus votos en el Templo de La Cruz de Morelia.
El viernes 8 de mayo de 1923 el P Félix mando al superior del
templo de La Cruz un telegrama urgente para que el Hno. Alfonso Pérez
fuera «por algunas semanas» a Tacubaya, es decir, al Templo
del Espíritu Santo de Tacubaya para sustituir al personal faltante.
No tenemos datos acerca de la actividad del Hno. Alfonso durante esas
semanas. Lo cierto es que regreso a Morelia el 22 de junio y el cronista
escribe: "Llego de Tlalpan el Hno. Alfonso después de
una ausencia de mas de un mes, que nos hacia temer que ya no viniera.
Todos en la casa y en el Templo lo recibimos con gusto, pues es bien
querido:'54
Ya fue muy corta la estancia del Hno. en esa ciudad, pues el 1o de
octubre el P Félix lo cambio definitivamente de casa y se lo
lleve al Noviciado para que se preparara a sus Votos Perpetuos. En
efecto,
el 19 de junio de 1923 pidió
Nuestro Padre al Excmo. Sr. Mora y del Río, Arzobispo de México,
que ocho Misioneros del Espíritu Santo hicieran sus votos perpetuos,
para 'dar mayor estabilidad y formalidad a la Congregación'
y porque en la Congregación había 'algunos religiosos
de vocación perfectamente segura probada...' El Excmo. Sr.
Mora concedió el permiso y así el 12 de octubre de 1923
el Hno. Alfonso hizo sus Votos Perpetuos
La estancia del Hno. Alfonso en Morelia correspondió, pues,
a sus 3 años de votos temporales. Conservamos la siguiente
apreciación escrita de puno y letra de Nuestro Padre del tiempo
de votos temporales del Hno. Alfonso:
30 de septiembre de 1922... Votos de devoción: el de siempre
padecer (perpetuo desde el 6 de mayo de 1921, con permiso mío).
Devociones: Con predilección al Padre, -a la Sma. Virgen: reza
las tres partes del rosario. Comunión: diaria, fervorosa, sin
libro. Apertura mensual con el superior: culpa y pedir consejos y
avisos, hacerlo el Primer Viernes. Estado de alma: Buena vocación
-Se siente en su centro. Ministerios: catequesis y sacristán.
Salud: buena -El P Superior tiene mucho cuidado de la salud de todos.
Caridad: bien con todos.
Al comenzar el año 1924,
nos dicen las crónicas de los Misioneros del Espíritu
Santo "que el P Félix, usando las facultades especiales
que la Santa Sede le confería, reorganizó todas las
Casas y el personal de la Congregación".
Entregó, el 18 de diciembre de 1923, el Templo del Espíritu
Santo de Tacubaya al Sr. Arzobispo Mora y del Río. Volvió
a traer a Tlalpan la Escuela Apostólica que, por complacer
al Sr. Arzobispo Enrique Sánchez Paredes, había trasladado
al pueblo de Sta. Ana Chiautempan, Tlaxcala, Arquidiócesis
de Puebla. Pocos días después, el 9 de enero de 1924,
distribuyó el personal de la congregación en 4 casas:
Casa Central y Escolasticado, Noviciado, Escuela Apostólica
y Casa de Ministerio de Morelia. Destine a Alfonso a la Escuela Apostólica
con el cargo de «Vigilante».
Vive todavía un testigo de esa época: El R.P Federico
Garibay, M.Sp.S., que entonces era apostólico, y pasó
al Noviciado a fines de agosto de 1926. Recuerda algunos datos interesantes:
Llego el Hno. Alfonso a la Escuela Apostólica a principios
de 1924 con el cargo de vigilante, que consistía en vigilar
la conducta de los apostólicos de cuando en cuando, pero más
bien era una mayordomía para cuidar de que todos cumplieran
con los cargos que tenían.
Al venirse la Escuela Apostólica de Santa Ana Chiautempan,
Nuestro Padre Félix había conseguido la casa de San
Fernando # 14 en Tlalpan, D. F, donde se estableció; pero la
casa era insuficiente, había que completar la construcción,
adaptarla y bardearla; el Hno. Alfonso estaba encargado de vigilar
estas obras materiales: recibir las cargas de ladrillos y las de tepetate,
este ultimo para la barda de la propiedad y marcaba con un gis el
lugar donde debían descargarse, estos materiales y algunos
otros. Pagaba debidamente a todos.
Recuerda también el R Federico
el carácter alegre y bromista del Hermano, y la caridad que
tenía para con todos, disculpándolos y cubriendo sus
defectos; al comentar el P Federico al Hermano el modo de ser y aun
la posterior salida de la Congregación de algunos de los Hermanos,
tanto Coadjutores como Estudiantes, el Hermano Alfonso decía
simplemente: "se fueron porque dejaron su oración".
Desempeñaba también el Hno. Alfonso el cargo de proveedor,
no solo de la Escuela Apostólica, sino también del Noviciado
de La Fama y aun de las Madres Adoratrices que cuidaban del aseo de
la ropa, y así, casi a diario, tenía que ir de compras
al centro de la ciudad de México para traer los mandados, los
encargos y aun los caprichos de los apostólicos. Admira aun
ahora el P Federico la abnegación del Hno. Alfonso, especialmente
los viernes, pues ayunaba estrictísimamente a pan y agua, se
iba al mercado y volvía ya tarde sin haber comido, siempre
con una enorme carga. "¿Como podía -dice el testigo-
cargar con todas esas cosas, subirlas al tranvía de 2a., donde
siempre viajaba, subir (a pie) la cuesta para llegar al Noviciado
de La Fama, etc. y con el estomago vacío?"
Terminado el año escolar 1924, Nuestro Padre lo traslado al
Noviciado de La Fama para ayudar a la administración de la
revista «La Cruz)), atender a la cocina y al economato, y continuo
con su cargo de proveedor para las 3 casas antes mencionadas. AM estuvo
el año 1925 y 1926 hasta el mes de noviembre, en que la obediencia
lo envió a Roma.
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